Vistazo Crítico 128: Danilo Dueñas: Como es.


 DANILO DUEÑAS: COMO ES.
Casas Riegner

Danilo Dueñas es uno de los artistas más importantes en Colombia. Su trabajo constante, no ha sucumbido a las modas. Su obra se inscribe dentro de un materialismo que hace del espacio, un lugar estético lleno de referencias formales, donde los objetos y las cosas en su mayoría encontrados por el artista, generan un relato particular: anudar la memoria individual y colectiva. En su instalación más reciente Como es,  el artista pone a dialogar texto, libros, telas, repisas, varillas y maderas entre otros materiales. 

 

Cuando recorremos el espacio encontramos unas palabras en la pared escritas en letras tipográficas con vinilo negro: Scripture, Holy Ghost, Psalm y Covenant. Palabras que inmediatamente nos sumergen en un ambiente místico y cristiano para los que alguna vez nos formamos en colegios religiosos, como en mi caso con los Jesuitas, estas palabras no nos son ajenas. Per aún así son misteriosas: su gran tamaño (las palabras van prácticamente del suelo al techo) acentúan este misterio y se hacen difícil, pues habría que tomar distancia de ellas y eso es lo que no sucede con facilidad, pues nosotros espectadores nos topamos con telas y otros objetos dispuestos en el lugar. Una mesa  partida en dos patas arriba, dos grandes telas color sangre dispuestas delicadamente a manera de cobijas sobre dos bases blancas y en la pared la palabra Covenant (Alianza). El cuerpo en este fragmento de la instalación está fuertemente referido, pero por su ausencia. En un espacio de tránsito entre palabra y palabra y objetos, hay un espacio de silencio: unos imágenes colgadas en la pared. Una repisa que uno dos paredes y una sutiles perforaciones en la pared curva; una de esas perforaciones deja salir o entrar una línea que toca el suelo: cuerda, metal, madera, poco importa: esta línea genera una tensión en ese espacio donde el polvillo que queda luego de la perforación ha quedado en el piso como testimonio de la intervención. 

 

En el espacio continuo, la palabras Psalm y Scripture forman un ángulo: aquí una serie de libros guardados celosamente en una urna que reposa sobre unas bases blancas, y otro de hojas amarillas y arrugadas insistiendo en el paso del tiempo. La idea de los salmos como escritura de lo sagrado comienza a darnos más pistas del lugar donde estamos inmersos. Podemos imaginar el lector que ha leído esos libros y que sigue escribiendo en una intimidad casi mística. 

 

Finalmente la palabra Holy Ghost (Espíritu Santo) nos sumerge en un lugar como en obra negra: ese personaje de la Santísima Trinidad, se materializa aquí en un estado de inacabamiento. Es tal su inmaterialidad que el artista logra representarla o presentarla mejor con el revés de una madera donde se dibuja una cruz a través de la huella dejada por el pegante, o dos bases blancas una encima de otra, el piso recubierto con una lona como para no ensuciarlo durante el trabajo de montaje. Pero esa es la obra. Y aquí recuerdo, como evitarlo la instalación Salón de actos (2008) presentada en el Colegio de la Sagrada Familia durante el Salón Nacional de Artistas “Urgente” en Cali. Cuando entrábamos en ella, nos daba la impresión de asistir a un espacio donde el tiempo pretendía permanecer a manera de vestigios: escaleras que conducen a una ventana, balcones que encierran el piso, anaqueles y bibliotecas desarticulados, todo esta deshecho. Aquí  donde el espíritu santo está sugerido todo está a punto de instalarse, pero ahí ha quedado en obra.

En realidad es como si cada palabra, dispuesta en cada espacio de la galería y referidas a los textos sagrados, tuviera su traducción objetual. Aparece entonces referenciado el nombre de San Agustín de Hipona, personaje fundamental del ascetismo cristiano y de la pobreza. En efecto para el Santo que nació un día 13 de noviembre, como hoy, en que escribo esta crónica, la materialidad es muy importante y crea en efecto esa tensión con lo espiritual, pues son las cosas lo que nos atan al mundo; en sus confesiones el santo nos dice: “Pero no están las imágenes de las cosas, sino las cosas mismas”[i]. Esto es que él lo aprendió de las artes liberales, encuentra en Danilo Dueñas, sin lugar a dudas una resonancia especial, quien insiste sobre la cuestión de la pobreza como eje central de su obra:

“Ante todo la defensa de los pobres; ¿cómo hacer y decir esto sin sentirse uno culpable? Creo que el interés primordial de una exposición es dejar en claro las afiliaciones de uno y esta es para mí la única que vale, la conciencia sobre el quehacer del pobre desde siempre y por siempre”[ii].

Como es, logra mostrarnos de la manera más simple como es la realidad en un mundo donde el confort viene mediado por la riqueza y su tensión con la pobreza.

Ricardo Arcos-Palma
Bogotá noviembre del 2014.


[i] San Agustin de Hipona. Confesiones, libro X, capítulos 9, 10 y 11.
[ii] Conversaciones con el artista Danilo Dueñas, vía electrónica. 12 de Octubre del 2014.

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