Vistazo Crítico 135: Nelson Fory Ferreira: la historia nuestra caballero.



LA HISTORIA NUESTRA CABALLERO
Nelson Fory Ferreira


Hay historias que vale la pena volver a contar, por el simple hecho que son relatos que hablan de la historia, pero no de cualquier discurso ni tampoco de la historia oficial sino de esa historia silenciada, acallada, invisibilizada como lo es la de los negros (afrocolombianos) y su aporte en la construcción social, política y cultural de este país. Dos de los ejemplos más terribles de ese olvido a adrede o silenciamiento es el Juan José Nieto Gil primer presidente negro que tuvo el país en el siglo XIX y quien fuera descubierto por accidente por el investigador Orlando Fals Borda,  uno de lo fundadores de la sociología en el país. Los rastros de este insigne gobernante que al país le ha costado reconocer reposaban ocultos en los sótanos del palacio de la Inquisición de Cartagena, una ciudad que se ha caracterizado por su exclusión social y racial más que en cualquier otro lugar en el país; el segundo caso es el del poeta Claudio Alas redescubierto por el escritor y editor Harold Alvarado Tenorio; el caso del poeta es similar al del político, es más reconocido fuera del país donde vivió y murió que en su propia tierra. Pero pese a todo y desde la modificación de la Constitución Política de Colombia en 1991, que contempla y acepta que el país es multi-étnico y pluri-cultural pues en su artículo 7 insiste en que "El Estado reconoce y protege la diversidad étnica y cultural de la nación colombiana", numerosos trabajos se han realizado desde las Ciencias Sociales y en las Artes Plásticas y Visuales por ejemplo, dos grandes exposiciones han dado un aporte significativo: Viaje sin Mapa en la salas de la Biblioteca Luis-Ángel Arango en Bogotá, curada por los artistas e investigadores Mercedes Angola y Raúl Cristancho en el 2006 y más recientemente Mandinga Sea : Africa en Antioquia curada por la historiadora Luz Adriana Maya Restrepo y Raúl Cristancho para el Museo de Antioquia en Medellín. Otro trabajo digno de mencionar es Presencia Negra en Bogotá: 1940-1950-1960 de Mercedes Angola y Maguemati Wabgou profesores de la Universidad Nacional de Colombia.  Por supuesto este artículo de la Constitución Política aún está lejos de ser aplicado en la realidad, pero sin lugar a dudas esto ha facilitado el surgimiento de nuevas expresiones antes acalladas, no sin generar una cierta resistencia pues aún una buena parte del país le teme a comprender que la historia aún se está escribiendo y esta vez por los "vencidos" (Benjamin) o los "sin voz" (Rancière). 


La historia nuestra caballero (2008-2013) del artista cartagenero Nelson Fory Ferreira es una de esas historias que se hacen desde el margen, pero que ya hacen parte de la historia social y política de la nación y del arte colombiano, así a algunos aún les de piquiña. El artista ha desarrollado buena parte de su obra en el caribe colombiano aunque se ha desplazado particularmente con esta obra a Cali y Bogotá. La historia nuestra caballero retoma parte de la letra popular del cantante Joe Arroyo: “LaRebelión”. La canción narra una historia no narrada o más bien ignorada por la historia oficial, esa historia del pueblo negro injustamente esclavizado olvidado en una nación que se dice pluricultural y multiétnica. La canción comienza con las siguientes palabras: “Quiero contarle mi hermano, un pedacito de la historia negra, de la historia nuestra caballero y dice…”. Nelson Fory Ferreira retoma esa frase para titular su acción que consistía en ponerle unas pelucas afro a las esculturas de los héroes de la independencia. Con esta obra llena de humor e ironía, y sobre todo con un  componente político y crítico, el artista logra poner el dedo en la herida, sobre el blaqueamiento histórico que ha negado desde siempre la presencia de los negros en la gesta de la independencia y algo largo de la historia de la nación. Las esculturas de piedra blancas peinadas de pelucas afros,  generaban en una acción no autorizada una tensión fuerte entre los relatos oficiales y las historias silenciadas. El artista nos dice sobre su acción lo siguiente:


“¡La historia nuestra, caballero! es la reivindicación del pueblo negro (África), como ingredientes aportantes para la construcción de la nación, “allí donde la creatividad afro ha pasado desapercibida por los novelistas, ignorada por la historia oficial, mancillada por los académicos, vilipendiada por los ilustrados.”[1] ¡La historia nuestra, caballero! Se compone de una serie de intervenciones en el espacio público de la ciudad de Cartagena, donde dichas intervenciones plantean un elemento muy apropiado del antimonumento con el cual se expresa un sentido visible dentro de la invisibilidad del negro en la construcción de la nación colombiana, y más específicamente en Cartagena de Indias.

Son muy significativos los avances en materia de reconocimiento que ha logrado la comunidad negras a nivel mundial, nacional y local; es precisamente en esta línea que se plantea mi Trabajo de Grado, un aporte desde las artes plásticas a la visión de percibirnos, nosotros los negros como parte importante en la construcción de la nación, además que la mayoría de fortificaciones son el producto del trabajo de nuestros antepasados negros, ¡La historia nuestra, caballero! No es sin duda una protesta formal como se pensaría, es la apreciación desde la mirada plástica de cómo se conjugarían los elementos negros en las dinámicas visuales urbanas para convertirse en referente de reflexión a la ciudadanía sobre la apropiación de una historia que pervive en la contramemoria como forma de resistir y reivindicar ese pasado que se nos revela en nuestra identidad, en nuestros imaginarios colectivos.

Pretendo en este trabajo evidenciar a través de una propuesta artística la participación de los negros en la construcción de la historia social, política y económica de Cartagena de Indias durante el periodo de la esclavitud, evidenciando al mismo tiempo la exclusión a la cual ha estado sometido el negro por las elites dominantes de esta ciudad en la historia. En otro sentido, por medio de intervenciones en el espacio público de relacionadas con lo anterior, busco expresar de una manera estética la reactivación de la memoria de la sociedad para otorgarles a los negros el carácter de cultura viva en nuestro presente.”[i]



La peluca afro que en ocasiones se usa en espacios carnavalescos para ridiculizar al negro, adquiere con esta acción un giro radical de cuestionamiento social, político y étnico, exaltando el asunto identitario como una resistencia frente al olvido y al silenciamiento en un país donde el racismo es aún terrible. Con estas acciones se cuestiona la idea del monumento como un hito histórico y en consecuencia los relatos de la historia oficial que como hemos insistido tiende a crear olvidos imperdonables que se traducen en exclusiones e invisibilidades en el presente. Nelson Fory Ferreira se convierte así en un destacado artista de la región caribe donde su obra hoy se amalgama con la actividad política y la defensa de los derechos  humanos, ambientales y animales. Para ello ha creado una organización denominada Roztro.

Ricardo Arcos-Palma
3 de diciembre del 2015.



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